Como seres sociales que somos, creamos vínculos que, a su vez, nos configuran. Son como tramas que van adquiriendo formas y texturas, que a veces oprimen, o son demasiado laxas… forman nudos o quedan desflecadas, se enredan… y así queda también el estado emocional de quienes las conforman. Algunos lazos son de amor… otros no. A veces quedamos deshilachados, y precisamos un espacio confiable y un lazo de empatía para volver a nuestra esencia.
Los abordajes de Aceptación y Compromiso -ACT- y el Centrado en la Persona – ECP – facilitan el reconocimiento de emociones y dinámicas, la aceptación de sí y el avance hacia nuestros objetivos. El registro corporal y los recursos creativos revelan aspectos no siempre accesibles a lo verbal y favorecen el contacto con nuestra autenticidad, para recrear desde allí el entramado vincular.
Otra acepción de “trama” alude a algo que conspira… y así es que a veces tenemos patrones de conducta o seguimos mandatos que no nos favorecen, que nos limitan, sin darnos cuenta. Al concientizarlos, se abre la posibilidad de desentramarlos y transformarlos a nuestro favor, integrando las experiencias para aceptar el presente y proyectarnos al futuro con mayor libertad.
En ese sentido, el proceso de Biographical Counselling –Trabajo Biográfico– facilitado por recursos como dibujar, modelar, psicodrama, nos permite observar desde nuevas perspectivas los hilos conductores de nuestra trama de vida. Desde su introducción en la infancia, recorriendo los sucesivos escenarios y personas significativas en las diversas etapas, abordamos los nudos en su desarrollo, comprendiendo cómo llegamos a ciertas situaciones y a encarnar una variedad de roles: a veces protagónicos, otras, no…
A través de este abordaje transpersonal, se nos devela la propia narrativa, nos vamos reconociendo como autores de la propia historia, asumiendo la capacidad de reelegir el propósito del relato único que es cada biografía humana.
Hay un aspecto más que inspira esta invitación a ‘entramarte’ la convicción de que todas las personas tenemos igual derecho a pertenecer al entramado social. Por eso acompaño especialmente a quienes se sienten de un modo u otro “diferentes” a la mayoría, en relación a su cultura, neurotipo, su identidad de género, sexualidad, circunstancias de vida… con empatía y validando su autenticidad.
Cada ser humano es único en su modo de ser, y es parte de una red interpersonal, que a su vez impacta sobre sus percepciones, emociones, ideas y comportamientos. Ese entramado puede ser beneficioso para quienes lo conforman, si cultivamos la empatía y la gentileza en la convivencia. Así veo mi misión como consultora en comunidades comprometidas con naturalizar la diversidad.
Agradezco cada experiencia que se ha ido entramando en mi ser para poder hoy invitarte a ‘entramarte’.